Hace más de un año que no escribo aquí.
Millones de cosas han pasado. Ahora mi vida está en una parada totalmente distinta. ¡Soy una titulada! Es lindo trabajar en algo que te encanta, que te llena el alma; ganar dinero y poder comprar las cosas que siempre quisiste pero que tus papás se empeñaban en negarte. Abrir nuevos campos, tener mejores expectativas, sueños que deseas cumplir, establecerte metas a corto y largo plazo. Crecer.
Crecer profesionalmente, madurar, independizarte, ser más responsable, querer estabilidad.
Ser adulto no es fácil, la vida pasa rápido y te das cuenta que el reloj te va jugando en contra. Ya estás cerca del tercer nivel de vida, donde todos esperan que estés viviendo solo, que tengas pareja estable, hijos y una buena carrera profesional.
Con la vivienda y la carrera creo que estoy bien, pero en los asuntos del amor vamos mal.
Luego del Richi, sentí que no podía querer a nadie más. Que había sido mi segundo amor, luego de la Haru. Que me habían vuelto a romper el corazón y que me iba a costar años recuperarme; pero algo me hizo darme cuenta que no es totalmente necesario el hecho de que alguien te quiera para estar bien. Que hoy en día, las relaciones son tan inestables que llega a dar miedo querer a alguien, formar una relación y por sobre todo tener hijos.
A cuantas parejas conozco que ya se han separado y deben andar en tribunales por la custodia de los hijos? Y el hecho de decir "no, yo no quiero que eso me pase a mí, ni a mis hijos" es casi una parodia. Uno nunca sabe lo que le va a tocar, nunca sabrá quién o cuando te romperán el corazón.
La verdad, siento que tengo miedo de volver a querer a alguien y estar en pareja; por ahora me excuso con decir "no tengo tiempo para pololear, me estoy dedicando a mi carrera profesional"; pero bien se que eso es una mera valla de defensa que le he puesto a mi corazón.
Es raro el hecho de entender ahora las palabras del Diego, que uno está mejor solo, que en estos tiempos es difícil pololear.
Es raro el hecho de entender ahora las palabras del Diego, que uno está mejor solo, que en estos tiempos es difícil pololear.