Es increíble como una persona puede llegar a revolucionarte la vida, a cambiar las percepciones, las ideas, los proyectos. Deshacer tus hechizos de protección y apoderarse de tu tiempo, tus sentimientos, tu ser completo.
Es extraña esta situación.
Después de lo que pasó con Richi, decidí no volver a estar con nadie, al menos hasta estabilizarme, reparar mis piezas, re armarme y solo dedicarme al trabajo y los amigos.
Ahí estaba yo, en mi círculo perfecto de comodidad, con mis 8 horas de sueño, las ganancias por las muchas horas extras que hacía en el trabajo, mis fds de cine con el Álvaro, de series en la cama y las salidas casuales a beber algo con amigos.
Pero hace dos semanas todo eso cambió, ese 25 de julio, por la tarde.
Esa voz que penetró mi alma, esa piel morena que cautivó mis ojos, esa quijada perfecta, esa sonrisa radiante, los gustos en común y las conversaciones sin fin.
Llegó a revolucionar mi mundo, a volverme anárquica, a dejar las horas extras tiradas y llegar casi a las 12 de la noche a casa; a dormir 5 o a lo más 6 horas al día.
A poner a mi alrededor emociones y sentimientos, que si bien no son nuevos, ya creía olvidados.
Me gusta, me gusta mucho y eso me preocupa.
No quiero que penetre mi coraza.
No quiero volver a ser vulnerable por un hombre.
Pero él, él...
Creo no poder controlarme frente a él.
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